Cómo fue posible comunicarse con un paciente en coma

Informa: Elsa Presa

El 20 de septiembre de 1999, Scott Routley, un estudiante de física de la Universidad de Waterloo, y su novia viajaban de regreso de visitar a su abuelo en Sarnia, Ontario cuando una patrulla se impactó contra el lado de Scott. Rápidamente Scott fue ingresado al hospital pues el impacto del carro policiaco contra su puerta le había provocado un hematoma grave y una hemorragia interna en el cerebro.

El neurocientìfico Adrian Owen, foto de The Guardian.
Al ingresar al hospital, fue medido con la escala de Glasgow. La escala de Glasgow es un sistema de medición neurológico que determina la consciencia de un paciente. El nivel más alto, 15, indica que la persona está totalmente consciente y conversando. El más bajo, 3, indica que la persona no abre los ojos ni hace sonido o movimiento alguno. Scott estaba en el cuarto nivel de la escala.

El neurocientífico británico Adrian Owen, quien estudia lesiones cerebrales y enfermedades neurodegenerativas, escuchó la historia de Scott doce años después, cuando el doctor de Scott le habló él. Fue entonces cuando Adrian contactó al neurólogo y profesor Bryan Young y sugirió hacerle a Scott una resonancia magnética funcional.

El objetivo de la RMf es detectar y señalar las áreas más activas del cerebro (las que reciben más sangre oxigenada). Este tipo de herramienta ha permitido entender a profundidad la vida de la gente atrapada en la zona gris (de acuerdo con Adrian Owen, es la zona de consciencia entre la vida y la muerte). Gracias al RMf, se ha descubierto que del 15% al 20% de las personas en estado vegetal están en realidad conscientes, a pesar de no responder a ningún tipo de estímulo.

Después de hablar con la familia de Scott y obtener su permiso, Adrian Owen y su compañera Davinia Fernández-Espejo colocaron a Scott bajo un scanner RMf y prosiguieron a pedirle que imaginara que estaba jugando tenis. Cuando uno imagina que está moviendo sus brazos o jugando tenis, la corteza premotora se vuelve muy activa. Así, si la corteza premotora responde cuando se le pide a un paciente que imagine que está jugando tenis, se sabe que el paciente está consciente. Como todo experimento, se requiere que la respuesta sea constate y reproducible, así que se les pide a los pacientes activen al menos otra parte de su cerebro. Por ejemplo, si se le pide a alguien que imagine que camina de un cuarto a otro en su casa, se activaría el giro parahipocampal.

En el momento en el que le pidieron a Scott que imaginara que jugaba tenis, su cerebro, de acuerdo con Owen, "explotó en un matiz de colores". Se prosiguió a pedirle que imaginara que estaba caminando alrededor de su casa y el cerebro de Scott volvió a responder, demostrando que estaba ahí, consciente. Después de contemplar un momento la situación, Adrian Owen le preguntó: "Scott, ¿sientes dolor? ¿Alguna parte de tu cuerpo te duele en este momento? Por favor imagina que estás jugando tenis si la respuesta es no".

Enseguida notaron que pequeñas manchas rojas aparecían en la pantalla. Scott estaba contestando su respuesta, estaba contestando que no, no sentía dolor.

Durante los siguientes meses, hablaron con Scott por medio de RMf. Les pudo decir quién era, dónde estaba, cuánto tiempo había pasado desde el accidente e incluso el nombre de su cuidadora. Se le hacía preguntas con dos propósitos: mejorar su calidad de vida y revelar lo máximo respecto a su situación.


En septiembre de 2013, Scott falleció por fallas médicas relacionadas a su accidente. Estar tanto tiempo acostado y expuesto a las bacterias, virus y hongos debilita el sistema inmunitario y te hace susceptible a distintas condiciones. Después de varias semanas luchando contra infecciones, Scott perdió la batalla. En el obituario de Scott, Adrian Owen dejó el siguiente mensaje: "Fue un gran privilegio conocer a Scott durante estos años. Su esfuerzo heroico por la ciencia nunca será olvidado y quedará reflejado en las vidas y los pensamientos de todos aquellos que lo conocimos, y muchos más que no".

Fuentes:
Owen, A. (2017). How science found a way to help coma patients communicate. 30 de septiembre de 2017, de The Guardian Sitio web: https://www.theguardian.com/news/2017/sep/05/how-science-found-a-way-to-help-coma-patients-communicate
Walsh, F. (2013). Vegetative patient Scott Routley says ´I´m not in pain´. 30 de septiembre de 2017, de BBC News Sitio web: http://www.bbc.com/news/health-20268044

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